Los judíos llegaron a la Península Ibérica durante el Imperio Romano, en el siglo I de la Era Cristiana, y permanecieron en ella hasta el final de la Edad Media, que en España abarca desde la caída del Imperio Romano de Occidente (476 D.C.) hasta el fin de la Reconquista (toma de Granada en 1492).Durante esos 10 siglos, convivieron en la península tres grandes culturas: la cristiana, la judía, y la musulmana. Los judíos de aquella época llamaban “Sefarad” -topónimo hebreo mencionado en la Biblia en el versículo 20 del libro del profeta Abdías- a la Península Ibérica, así que cuando en 1492 los Reyes Católicos expulsaron de España mediante un edicto real a los judíos que no aceptaron convertirse al cristianismo, éstos llevaron consigo el nombre de su patria, Sefarad y comenzaron a ser conocidos como sefardíes o sefarditas, en castellano, y sefaradim, en hebreo.
En esta “segunda diáspora” del pueblo hebreo, unos 200.000 sefardíes sufrieron un exilio que les obligó a buscar un nuevo hogar; Se dispersaron por Portugal (de donde también fueron expulsados pocos años después), France, Italia y Países Bajos, pero la gran mayoría se estableció alrededor del Mediterráneo, fundamentalmente en dos áreas: – Por un lado, en la zona del Mediterráneo oriental, entonces bajo el dominio del Imperio Otomano (lo que actualmente son Turquía, Greece, Bulgaria, parte de Hungría y Rumania y la zona de los Balcanes) – Por otro lado, en el norte de África, especialmente en la zona norte del actual Marruecos y en Argelia. Los sefardíes dispersos en la cuenca del Mediterráneo formaron en ambas áreas comunidades en las cuales preservaron su organización social y comunitaria, sus usos y costumbres, su lengua, el judeo-español, muy parecida al castellano medieval, y su cultura, conservada y transmitida hasta nuestros días, y enriquecida con nuevas creaciones con el transcurso del tiempo. Con el holocausto nazi del sigo XX se produjo una nueva emigración de los sefardíes, dirigida fundamentalmente hacia Sudamérica e Israel. Hoy en día los sefardíes siguen dispersos por el mundo, estando especialmente presentes en Sudamérica, Estados Unidos, Canadá , Spain, France, y en mayor medida en Israel.